viernes, 1 de junio de 2012

¿Cómo lograr la mejora escolar?

Los procesos de cambio y mejora en la escuela implican revisar las prácticas cotidianas  de todos los actores involucrados (directivos, profesores, alumnos) y analizar el grado de efectividad de las mismas.
Hopkins, afirma que una estrategia de cambio y mejora tiene mejores posibilidades de impactar en los aprendizajes de los estudiantes, si sumado al aprendizaje del profesor, incorpora otras instancias y actores de la escuela. El conjunto de estas instancias y actores es lo que se denominará las capacidades de la escuela, y estarán dadas por las condiciones que se dan al interior de la escuela. Las condiciones son las características internas de la escuela y serán las que potencian las capacidades existentes para el mejoramiento continuo.
Según Hopkins, las condiciones fundamentales son las siguientes:
  • Compromiso con el desarrollo personal docente y el establecimiento de una comunidad de aprendizaje profesional.
  • Establecer políticas para involucrar al personal docente y la comunidad en las políticas y decisiones de la escuela.
  • Liderazgo transformacional orientado a la instrucción y distribuido entre el personal.
  • Coordinación efectiva.
  • Investigación y reflexión sobre información generada en la propia escuela en relación a los aprendizajes y los logros escolares y,
  • Un compromiso con la planificación conjunta para adaptar cambios externos a fines internos.
Lo que sabemos, por la extensa investigación que se ha desarrollado en el ámbito de la mejora escolar, es que los cambios en la escuela no son producto de la casualidad, ni de liderazgos carismáticos, ni tampoco del surgimiento de una normativa externa que responde a una lógica burocrática. Los cambios se producen porque hay una intencionalidad previamente establecida, acordada, difundida.

Es por esto que entiendo que la clave para que una escuela mejore sus condiciones y fortalezca su capacidad para el cambio, es que en primer lugar se dé en la institución, la condición fundamental de la presencia de un Liderazgo transformacional orientado a la instrucción y distribuido entre el personal, es decir que si no existe la presencia de un liderazgo escolar que genere la visión y el convencimiento necesario para implicar a los profesores en su pensamiento y práctica, no será posible la mejora. Si bien reconozco que los cambios fundamentales se producen en el aula, ésta es parte de un todo mayor que es la organización escolar, ámbito donde se generan las condiciones necesarias para que lo que se piensa y planifique ocurra en el aula.
Por lo tanto la presencia de un liderazgo transformacional permitirá que aparezcan las otras condiciones establecidas por Hopkins, tan necesarias también, ya que entiendo que todas estas condiciones que se dan al interior de la escuela se potenciarán unas a otras logrando que aparezcan las capacidades existentes para el mejoramiento continuo.
La presencia de un liderazgo transformacional, profesional, permitirá que la escuela pueda llevar a cabo procesos de cambio bien logrados, de tal forma que mejore el desempeño de todos sus estudiantes a través de la optimización de los procesos de enseñanza- aprendizaje, el personal docente pueda desarrollarse y formar una comunidad de aprendizaje profesional  y  que se mejoren las estructuras organizacionales de la misma.
Es importante aclarar que cuando se habla de liderazgo distribuido entre el personal, es que se entiende que si bien el liderazgo en las escuelas es ejercido en primer lugar por los directores y luego por los profesores,  puede ser distribuido también a otros actores. Es interesante abrirse a que el liderazgo no es exclusividad del director, puede ser una oportunidad de mejora importante aceptar liderazgo en distintos niveles y actores en la escuela. Por ejemplo, el ejercicio del liderazgo pedagógico ejercido por los profesores como tal o bien desarrollando roles de coordinación o jefaturas intermedias. Es clave que comiencen a aparecer estructuras horizontales que vayan reemplazando a las jerárquicas, así, las concepciones de liderazgo distribuido, sumado a las nuevas tendencias de “liderazgo centrado en los aprendizajes”, permite que se den condiciones para la participación en distintos niveles y roles.

 ¿Cuál es la realidad de mi escuela?

Me es muy difícil poder analizar la institución en la que trabajo y comenzaré analizando sus debilidades.

Al no poseer una dirección con liderazgo profesional, transformacional, es muy difícil poder encontrar estas once claves de las escuelas efectivas en forma pura. Lo que al cuerpo docente le queda claro, es decir, los objetivos compartidos, son que hay un curriculum, que debe ser cumplido en el tiempo de un año escolar.  No hay unidad de criterios entre los docentes de los propósitos y las estrategias de las prácticas. Tampoco hay expectativas elevadas en cuando al desafío intelectual, sólo se intenta cumplir con lo planificado. En algunos casos y, por decisiones particulares, algunos docentes se nuclean para trabajar colaborativamente en algunos proyectos aislados. No hay una organización para el aprendizaje de los docentes, falta formación y actualización del personal basada en la escuela, sólo se continúa formando el que lo hace por su propia iniciativa.
En cuanto al ambiente de aprendizaje, en general, en la escuela, se vive una atmósfera ordenada, y en algunas aulas se percibe un ambiente de trabajo atractivo. Pero cabe aclarar que esto depende de cada uno de los docentes, no puedo hablar de algo generalizado. El trabajo en mi centro escolar está muy balcanizado por lo que es difícil poder encontrar estas claves en “toda la institución”.

Ahora bien, hay algunas cuestiones que se dan en forma más general, por lo que podría comenzar a hablar de algunas fortalezas.

La enseñanza y el aprendizaje son el centro de la actividad escolar, se aprovechan los tiempos y se lo optimiza y en la mayoría de los casos hay una preocupación por poner énfasis en lo académico. La enseñanza tiene, en general, claridad en sus propósitos, con una organización bastante eficiente y prácticas adaptables.
Con respecto a las expectativas, siempre se intenta ir más allá para lograr mejores resultados.

La disciplina es clara y justa, y se conversa mucho con los alumnos acerca de lo que es esperable de ellos. Los alumnos se sienten contenidos y queridos, se los deja hablar y expresarse. Se tienen en cuenta sus derechos y responsabilidades y se les hace conocerlas y cumplirlas, haciéndoles notar y reflexionar cuando no las cumplen (creo que esta es la mayor fortaleza de mi institución)

Se hace un seguimiento personalizado del desempeño de los alumnos pero no se realiza la evaluación del funcionamiento de la escuela (hace más de tres años que no se realiza una reunión con el personal).
Hay bastante participación de los padres en la escuela, se los escucha y se tienen en cuenta sus aportes, ideas, reclamos.

En fin, esta es mi escuela, la quiero y me duele mucho saber todo lo que hay por hacer y no ver el horizonte claro en que exista la preocupación por hacerlo. Siempre intento un poco más, pero llega un punto, en que uno choca con los directivos y ya no hay mucho más por hacer desde mi lugar, sólo puedo hacerlo con mis 78 alumnos, para mí es suficiente.

¿Queda claro que es un modelo de administración escolar?

Con respecto a la organización general de las instituciones educativas de mi país, es muy difícil poder analizarlo. He trabajado en la misma  institución  por más de 20 años, y no conozco por dentro otras (sólo en las que me formé). Pero creo, que en general y a pesar que desde que se reglamentó la última ley nacional de educación en 2006 con algunas líneas claras del camino a seguir, recién estamos empezando a andar el camino, y sigo totalmente convencida que la mejora y el cambio dependerán de cada unas de las direcciones de los centros. Es decir que no hay definiciones claras de fortalezas y debilidades en líneas generales en todo el país.

Dirijo un centro educativo... ¿ y ahora qué hago?

Si dirigiera un centro educativo y tuviera la oportunidad de implementar un proyecto relacionado con las TIC para la mejora, focalizaría mis acciones en el ámbito de la Gestión Pedagógica, ya que sabiendo que es la capacidad de organizar y poner en marcha el proyecto pedagógico de la institución desde el punto de vista de lo que se requiere enseñar y de lo que es necesario que los estudiantes aprendan, lo creo fundamental para la mejora de un centro. Este proyecto comprendería, el desarrollo del currículo, del plan de estudios y especialmente el trabajo de aula y  la generación de condiciones para que este trabajo se realice en un ambiente enriquecido: trabajo en equipo y acuerdos mínimos. Por lo tanto mi foco estaría puesto en la innovación pedagógica y la coordinación docente, para lograr aprendizajes significativos, las competencias básicas, particularmente la de “aprender a aprender”, el seguimiento y evaluación de los procesos de enseñanza; el seguimiento y apoyo al aprendizaje de los alumnos y la interacción profesor-alumno y clima en el aula.
Es importante formar a los docentes para que el uso que den a las TIC no sean los más pobres como solamente utilizar la Red como una gigantesca biblioteca, o que sólo produzcan unos textos con imágenes, o lo utilicen para mirar videos o escuchar música, sino que el uso pedagógico vaya más allá. Que comiencen a tener nuevas prácticas que les propongan a sus alumnos operaciones de conocimiento más interesantes y desafiantes, vincularse con otro tipo de comunidades con diversos intereses, ser “prosumidores” y no sólo consumidores, es decir que puedan generar formas de producción cultural menos estandarizadas, más autónomas y creativas.
También, con las TIC, es posible la preparación y planificación de clases, concentrar, guardar y organizar información, planificar en forma conjunta con colegas (Intranet), logrando realizar así un trabajo coordinado entre todos los docentes.

Yo creo que es posible lograr este cambio. Sólo es necesario una dirección con fuertes creencias y convicciones, que esté convencida de que sólo es posible lograr la mejora con un trabajo colaborativo de todos y que pueda captar el interés y el compromiso de todos  los docentes.